A punto de empezar...
Fase parcial, en la cual ya se puede apreciar la curvatura de la sombra de la Tierra...
Fase parcial bien avanzada: el color rojizo de la zona eclipsada se debe a nuestra propia atmósfera, que desvía parte de la luz solar hacia el interior de la sombra de la Tierra, logrando así colorearla. Este fenómeno se llama difusión, y siempre afecta mas a los rayos rojos que a los demás colores. De hecho es un buen indicador del estado de polución de la atmósfera terrestre: el color del disco lunar eclipsado será mas intenso según nuestra atmósfera esté mas contaminada por partículas y polvos...
Fase total: siempre queda un "casquete" mas claro, que es la parte del disco lunar situada mas al borde de la sombra terrestre.
En realidad, el espectáculo de un eclipse total de Luna se disfruta perfectamente a simple vista...
Un eclipse de Luna es también una oportunidad única de apreciar el verdadero tamaño aparente de la Luna en la bóveda celeste: al perder su intenso brillo que causa una ilusión de grandeza, la Luna aparece diminuta en el entorno estrellado, tal como se puede observar en esta imagen, con la constelación de Orion a su izquierda...
A punto de finalizar: el amanecer ya está cerca, y tanto el Pangue como el Tololo (en el horizonte, borde izquierdo de la foto) se preparan para terminar la sesión de observación...
En el camino de regreso, aun se puede apreciar la Luna eclipsada, dominando el Valle de Elqui (al fondo a la derecha)
